Recorrer las calles de Vielha permite a los visitantes adentrarse en una de las leyendas más famosas de la Val d’Aran.

Según cuenta la tradición, el diablo y el arcángel San Miguel se encontraron en el itinerario donde actualmente está situada la Oficina de Turismo de Vielha. En ese lugar, decidieron echar a suertes el dominio del valle, tirando piedras a una pared montañosa: la roca de los 9 agujeros (por donde actualmente pasa la N-230).

Gracias a la victoria del arcángel por 9 a 1, la Val d’Aran quedó bajo la custodia celestial. Por este motivo, los araneses le dedicaron su parroquia a San Miguel.